No es tan fácil como nos auguraba el profesor Domingo, ni tan guay como gritaban los forofos de la escritura. Hago la cuenta de Gmail y no he visto en mi vida más isabel pluma, maribel pluma, plumitas y plumillas. Cuando entro en blogger la contraseña no furula, envío solicitudes, preguntas secretas, y restauración hasta que un compañero que me oye suspirar acude raudo en mi ayuda.
Y aquí estoy, con la sensación de estar escribiendo para nada, con el presentimiento de que todo se borrará, que mañana me presentaré con las manos vacías, sin blog, sin texto, diciendo..... Domingo, lo intenté pero no pude o mejor.... lo pregunté a las hojitas de mi libro pero todas barruntaron ignorancia y...... se fueron a desayunar.
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